Donde la fuerza de lo que la nieve fue redobla frenéticamente en mis oídos, recordando los gritos de Parvati. La tradición cuenta que Parvati fue esposa de Shiva y madre de Ganesha, nacida en Mantalai, en los Himalayas indios. La mejor descripción del lugar la cuenta una leyenda: “Enfadose Parvati por el mal comportamiento de Shiva y, cogiendo la bolsa de marihuana de Shiva, la esparció por el valle”.
Valle estrecho con río salvaje donde plantas medicinales y vacas conviven. La naturaleza invita a una refrescante macedonia de marrón, verde y violeta. Escolares corren por los caminos con mochilas más grandes que ellos mismos. Alientan el paso al verme, con la mirada fija en mí; como sorprendidos, intrigados, fascinados, tímidos. Algunos hasta devuelven el saludo. La vaca muge por dos cosas: o pide más comida o solamente quiere hacer saber dónde está y qué quiere: más comida. El lechal salta para quitarse las moscas de encima, pero aún no ha aprendido y resbala repetidamente. Se le obliga a beber y por eso se enfada mientras su madre sigue comiendo. Leche fresca diaria, perfecta para el brebaje de jengibre, canela, azúcar, agua y té. Como una pócima espiritual, sagrada para muchos. No hace falta acercarse para tener una conversación, las vidas son públicas y los gritos entre casas muy comunes.
Como se dice: “agua, fuente de vida”. Por donde ella pasa, efervesce la vida: se limpia, se bebe, se habla, se pace el rebaño mientras las mujeres apartan la ropa rápidamente, se escucha, se piensa, se juega, se discute, se conoce, se intima. Hay quien toma el sol y quien la sombra. Restos de hierbas, arroz, barro, ropa, jabón y cagadas de animales varios permiten saber al local quién ha estado allí; seguir su rastro pueden.
Se planta medicinal y se vende resina, en crestas empinadas donde niñas juegan con nueva tecnología y mayores aspiran del chillum. Desde acantilados con oscuros templos de madera, grupos de aves rapaces surcan las puntas de milenarios abetos, como si en un embudo me encontrase, las dos crestas se unen delante de mí. Zona tan regada que hasta las montañas han crecido demasiado. Cumbres blancas, siluetas de árboles, desconcertantes panoramas bidimensionales, difuminaciones azuladas, perfiles marcados. El viento levanta polvo de nieve en las cumbres. Caminos que perfilan valles, ríos y montañas, el afán del hombre por llegar a todo. Laderas inclinadas que dificultan saltar el viejo tronco posado en la pequeña cascada. Raíces, piedras, riachuelos, cascadas, troncos, cabras, pastor, hierbabuena, vacas y perros que acompañan el avance. Todo es shanti, presencia de Shiva con el sabor de canela en la boca.
¡Saludos!
donde la fuerza de lo que nieve fue redobla frenticamente en mis odos recordando los gritos de parvati. la tradicin cuenta que parvati fue esposa de shiva y madre de ganesha, nacida en mantalai, en los himalayas indios. la mejor descripcin del lugar la cuenta una leyenda: “enfadose parvati por el mal comportamiento de shiva y cogiendo la bolsa de marijuana de shiva, la esparci por el valle”.
valle estrecha con ro salvaje donde plantas medicinales y vacas conviven. la naturaleza invita a una refrescante macedonia de marrn, verde y violeta. escolares corren por los caminos con mochilas mas grandes que ellos mismos. alentan el paso al verme, con la mirada fija en mi; como sorprendidos, intrigados, fascinados, tmidos. algunos hasta devuelven el saludo. la vaca mua por dos cosas; o pide mas comida o solamente quiere hacer saber donde esta y que quiere; mas comida. el lechal salta para quitarse las moscas de encima pero aun no ha aprendido y resbala repetidamente. se le obliga a beber y por eso se enfada mientras su madre sigue comiendo. leche fresca diaria perfecta para el brebaje de jengibre, canela, azcar, agua y te. como una pcima espiritual, sagrada para muchos. no hace falta acercarse para tener una conversacin, las vidas son publicas y los gritos entre casas muy comunes.como se dice: “agua, fuente de vida”, por donde ella pasa efervesce la vida; se limpia, se bebe, se habla, se pace el rebao mientras las mujeres apartan la ropa rpidamente, se escucha, se piensa, se juega, se discute, se conoce, se intima. hay quien toma el sol y quien la sombra. restos de hierbas, arroz, barro, ropa, jabn y cagadas de animales varios permite saber al local quien ha estado all, seguir su rastro pueden.
se planta medicinal y se vende resina, en crestas empinadas donde nias juegan con nueva tecnologa y mayores aspiran del chillum. desde acantilados con oscuros templos de madera, grupos de aves rapaces surcan las puntas de milenarios abetos, como si en un embudo me encontrase las dos crestas se unen delante mi. zona tan regada que hasta las montaas han crecido demasiado. cumbres blancas, siluetas de arboles, desconcertantes panoramas bidimensionales, difuminaciones azuladas, perfiles marcados. el viento levanta polvo de nieve en las cumbres. caminos que perfilan valles, ros y montaas, el afn del hombre por llegar a todo. laderas inclinadas que dificultan saltar el viejo tronco posado en la pequea cascada. races, piedras, riachuelos, cascadas, troncos, cabras, pastor, hierbabuena, vacas y perros que acompaan el avance. todo es shanti, presencia de shiva con el sabor de canela en la boca.
saludos!