De Mumbai me dirigí a Delhi para reunirme con mi amigo D. y viajar juntos desde allí. De vuelta a la gran ciudad, a pasear por las calles del Paharganj.

El segundo día me reuní con mi amigo D., que se había retrasado debido al ataque terrorista que hubo en Jaipur, Rajasthan. Me reuní con él y un par de amigas coreanas en la estación de Nueva Delhi para ir a una fiesta montada por DJ San de Delhi. Con las coreanas era como estar en una película de anime en vivo y directo, ¡muy divertidas hablando en coreano y saltando de un lado para otro muy expresivamente!

La fiesta fue en un hotelazo de lujo de la ciudad donde su sala de fiestas se puede alquilar. Mucho pijo suelto y mucho trance lo definiría yo. ¡Los precios europeos, eso sí! Suerte de D. y las chicas que me lo pasé bien, excepto el final de la noche, donde se perdieron los cascos del DJ y casi se lían a tortazos con medio local.

Amigos en una fiesta en Delhi

De Delhi poco más que explicar. Cogimos un autobús-cama dirección Himachal Pradesh para dirigirnos hasta el valle de Parvati. Yo no tenía ni idea de lo que me esperaba; montañas y un río era lo único que me había explicado D. del lugar. Desde Bhuntar se puede llegar a varias zonas montañosas, de las cuales los valles de Parvati y Kullu son los más visitados.

Paisaje del valle de Parvati

Subimos al autobús dirección Kasol, pero como hacía buen tiempo, subimos a la parte superior para poder disfrutar de las vistas. ¡Y vaya vistas! El camino sigue montañas empinadas, con poblaciones en sus laderas o crestas de otras montañas que se van entrelazando formando cordilleras de diversos tamaños. Aire limpio, silencio, temperaturas bajas, nubes; un buen cambio después de tanto turismo.

¡Saludos!