Y otra vez de vuelta a Chennai y de vuelta a uno de mis hoteles preferidos en India: Broadlands. Un lugar tranquilo en medio del alboroto y caos. ¿Y por qué Chennai de nuevo? Para estar y ayudar en el orfanato de Saranalayam, en Avadi, cerca de Chennai. Pasamos una semana muy intensa con todos los niños en época de exámenes, así que no podíamos estar mucho con los escolarizados, pero de todas formas organizamos una salida de domingo para todos.

Alquilamos un viejo minibús de la zona para poder repartir a los 30 niños y 6 acompañantes, pero a medio trayecto del parque el cambio de marchas se escoñó y nos dejó tirados en medio de una zona en obras. Capturamos la atención de todos los currantes y más aún cuando en un autobús lleno de niños indios hay 2 blancos; resaltamos. Vino un mecánico local a socorrernos, pero la reparación era más costosa de lo supuesto, así que dejamos el minibús para coger unos rickshaws y acercarnos al parque.

Llegados al parque, los niños empezaron a jugar y algunos fuimos a por un chai. A la vuelta del chai, los de seguridad del parque ya nos echaban de allí chillando de mala manera: ¡cerraban el parque a las 13h un domingo! ¿Y dónde irán las familias?

Niños del orfanato jugando en la calle

Nos quedamos en la calle esperando el minibús que no llegaba, así que fuimos con los más pequeños a un concurso canino cercano para pasar el rato. Otra vez cogimos unos rickshaws para llevarnos al zoo de reptiles. Como se había hecho tarde, se decidió comer en el parking antes de entrar. Una vez bien comidos, entramos ordenadamente en el zoo con gran cantidad de reptiles de todos los tamaños; los niños disfrutaron mucho, pero nos dieron prisas para poder ir a la playa antes de anochecer; después vimos que teníamos tiempo de sobra, pero bueno.

Justo al lado del zoo de reptiles había otro zoo con pájaros y mamíferos al que también entramos y disfrutamos más calmadamente con los niños cogidos de nuestras manos y empujándonos de un lado para otro para enseñarnos todo. Una vez salimos del recinto, el minibús nos estaba esperando. ¡Al fin! Fuimos a la playa Marina de Chennai, en la misma ciudad, a darnos un remojón rápido, ya que había mala mar y es un poco peligroso. K. fue agarrando niño por niño para darles un remojón rápido en el agua removida y salían todos corriendo a secarse con una gran sonrisa. Todos tuvieron su oportunidad y disfrutaron más o menos del chapuzón; muchos de ellos no saben nadar, pero K. les dio seguridad al cogerles firmemente de espaldas a las olas. Terminamos el día jugando a un juego indio en la arena mientras los grandes jugaban a pelota. Fue un día muy intenso, pero valió mucho la pena. Los niños estaban supercontentos y emocionados, y esto nos hizo más fácil olvidar todos los percances de la jornada. Lo volveré a repetir, pero será la próxima vez que vuelva a Avadi.

Niños jugando en el orfanato

También tuvimos tiempo de ir a comprar juguetes para los niños a una tienda local en el mercado de Avadi. Cuando llegamos con las bolsas llenas, se abalanzaron sobre ellas y empezaron a jugar. Me alegró mucho no ver ninguna pelea entre ellos, se conformaban con lo que habían cogido y buscaban un sitio para disfrutar solos o en grupo. Como no tengo experiencia en orfanatos, no sabía qué reacciones negativas podían tener y observé a todos para llegar a la conclusión de que no había por qué preocuparse; son niños alegres que saben divertirse de la forma más simple y sana. Algunos de ellos se quedaron juguetes, pero probamos de enseñarles a compartir. No creo que tuvieran problemas para eso, alguna que otra mala cara, pero momentánea, enseguida cogían cualquier otra cosa para jugar.

Niños del orfanato con juguetes nuevos

Decidimos comprar libros y pósteres escolares, ya que vimos falta de ello. Buscamos libros para todas las edades a ser posible: con muchos dibujitos y pocas palabras, para que así pudieran estudiar idiomas de una forma visual. También cogimos libros de gramática inglesa, así como diccionarios para hacer más fácil su aprendizaje, aunque les falta personal para explicarlos debidamente. El último día estuve haciendo uso de ellos y fue muy divertido enseñarles de dónde veníamos en el mapamundi y algunas fotografías con vocabulario nuevo; ¡todos se echaban encima de los libros para decirme otras palabras inglesas que ya sabían, como colores y demás, pero todos a la vez! Espero que hagan un buen uso de ellos y aprendan mucho.

Enseñando un mapamundi a los niños

Uno de los proyectos en marcha que tienen es el nuevo edificio justo enfrente del antiguo, en el que quieren hacer dormir a los niños, impartir clases, oficina de administración… Lo están construyendo por fases, ya que les falta presupuesto para hacerlo todo a la vez, pero tendrá 2 niveles y usarán parte del antiguo edificio aún. Para este nuevo edificio, la fundación de voluntarios de La Caixa hizo otra donación de Rs. 50000 que recibieron con sorpresa y alegría.

La semana fue muy intensa y llena de emociones; volvíamos al hotel sucios, sudados y cansados, pero con una gran alegría que compensaba lo demás :)

¡Saludos!