Creo que deben existir unos mínimos de confort a la hora de seleccionar una habitación donde pasar la noche, ya que por estos lugares hay de todo: ratas, hormigas, cucarachas, borrachos… Por eso he creado una pequeña lista con mis mínimos:

  • Cama: Tamaño y estabilidad. Debo de meter mis 185cm en algún lado o terminaré en posición fetal la mayoría de veces. Una cama pequeña pero doble también ayuda al dormir en su diagonal y aprovechar las dos camas. La estabilidad también es un elemento básico, si no hay riesgo de terminar en el suelo por alguna pata rota.
  • Ducha: Sifón o cubilete. Determinar si la ducha que denomina el propietario es una ducha alta a sifón o si es un cubilete de plástico para usar la técnica checa. Comprobar si los grifos funcionan es una buena acción, así como si hay agua caliente y fría (en según qué sitios se agradece agua caliente).
  • Electricidad: Comprobar el buen funcionamiento de la instalación eléctrica para poder cargar baterías, móvil… y cambiar la velocidad del ventilador (si funciona), así como luces para la lectura. Normalmente, la electricidad de la habitación se controla por un interruptor externo general que los del hotel apagan para ahorrar y joderte la carga de baterías y otros utensilios eléctricos; avisar en recepción ayuda, pero no siempre.
  • Entradas: Revisar todas las posibles entradas a la habitación (ventanas y puertas normalmente) para poder dejar las cosas con un mínimo de seguridad: candados, barras en la ventana…
  • Olores: ¡Pffffffffff! Recomendación: normalmente no se van dejando la ventana abierta un rato, aunque mucho incienso ayuda, disimula más que nada.
  • Ruidos: Habitaciones cerca de calles o cerca de indios en general es señal de ruido asegurado, a cualquier hora. Si las habitaciones tienen televisor, podremos escuchar las noticias en diferentes idiomas pero sin entender una palabra. Un ventilador ruidoso puede ser de gran ayuda algunas veces; nos priva de escuchar los ruidos externos con su ritmo techno-machacón, es lo que tienen las frecuencias constantes.
  • Animales: Al comprobar los grifos del baño, uno puede fijarse en los posibles nidos de mosquitos y otros animales húmedos; una mosquitera o espiral anti-mosquito ayuda. En suelos claros es fácil reconocer una cucaracha de una rata. Manchas en la cama o paredes es posible símbolo de mosquitos o chinches aplastados, aunque también puede ser falta de higiene general.

A partir de estos puntos, uno puede valorar si la habitación vale su precio. Si no, a pagar un poco más, aunque no por pagar más se nos garantiza más confort.

¡Saludos!