Como muchos sabréis, yo voy de un lado para otro, así que voy a empezar por el inicio y explicar mi llegada a Chennai… ¡que faltó poco para no acabar en el calabozo con un guante de látex en el culo! :P

El avión se retrasó una hora y media en Frankfurt, así que llegué tardísimo a Chennai. Suerte que el viaje fue cómodo y relajado. Ya publicaré fotos que tomé desde el avión (si encuentro algún USB que funcione) por una zona montañosa que sobrevolamos.

Una vez al llegar al aeropuerto de Chennai, una cola majestuosa en el control de pasaportes y yo, que soy muy listo, me meto en la más lenta, ¡y no bromeo! ¡Entraron al país los de otros 2 aviones que llegaron más tarde! Una vez delante del inspector de aduanas… ¡no me jodas que mi fama de cambio de look me va a dar por culo esta vez! ¡Pues sí! En la foto del pasaporte salgo sin perilla y cabello corto, pero les llego a la frontera con perilla y pelo largo; total, ¡que la aduanera no me dejaba entrar! ¡Tuvo que preguntar a dos de sus colegas para que dieran su opinión! Suerte que los otros me vieron cara de buena persona (¡ui, lo que han hecho!) que si no, ¡me veo en el garito de aduana con un indio-turbante-con-sable-y-sable! :PPP

Mi look al llegar a la India

Una vez fuera del aeropuerto, cojo por primera vez un taxi Ambassador para el hotel que reservé desde casita. ¡Madre de Dios! ¡Como el Dragón Khan! :))) Suerte que estaba entrenado de mi estancia en Nápoles, que si no, ¡me muero! Hubo un par de momentos que me tuve que reír de lo estresados que son. Eso no lo entiendo, con la calma con que se toman todo, ¿por qué corren tanto y con tantas prisas? ¡Si igualmente llegan tarde a todos sitios! Han visto demasiadas películas de persecuciones de Hollywood, creo yo.

Llegamos al hotel… ¡madre mía, qué pinta tenía todo! Calle negrísima (por falta de luz y por mierda acumulada), gente durmiendo en el suelo, peste de la hostia, un payo hindú-flipao medio en bolas todo sudado (¡mmm… qué paquete!) y un hotel que me dice que no tienen plazas para mí, ni ninguna reserva ni nada de nada… y el taxista que me quiere dejar allí tirado; ¡una mierda! Lo pillo y otra vez a mirar la guía. Suerte que no tuvimos que buscar mucho y el primero ya me vale, un agujero, pero bueno, camita y venga, que quedan días para buscar otro. Suerte que no entré en el hotel que tenía reserva porque no me dio buena pinta; me salieron dos de una habitación llena de humo con unos ojos… y no creo que fuese cannábico.

Como primer contacto con la India está de puta madre, como mi abuela decía: “esto curte”. Así que me metí en la cama el 12/02/2008 a las 4 de la mañana… ¡a buenas horas!

¡Saludos!