Este ha sido mi segundo día en la India y no he parado ni un segundo hasta esta tarde… ¡porque yo lo valgo! ;) Me cambié de hotel y ¡venga! Y es que el primero tenía unas vistas de pena y un poco cuchitril, pero barato y con baño propio. El nuevo es colonial, con tres galerías y una terracita de perlas, ¡para sentarse y ver pasar el tiempo… o las turistas! La finalidad es mirar, ¿no? :))) ¡Y nada que ver con el título! Lo del título viene a que me olvidé la crema protectora solar y voy perjudicado :P (Qué lento es este ordenador… suerte que me han dado el mejor que sino… y no veis el mouse cómo cambia de idea cada dos por tres). También tengo los pies perjudicados de tanto caminar, pero no hay nada como una buena tirita ;)

Mi primera y única parada ha sido Chennai. Creo que fue una gran elección, porque aquí ya hay bastante desfase comparado con mi sociedad occidental. Aquí son casi 8 millones y las calles están llenas de gente, pues ¡imaginaros si me paso por Delhi que son 22 millones! ¡Para flipar! ¡Hay una mezcla de olores espectacular! ¡Y de culturas también! Los templos de diferentes religiones se mezclan entre sí por toda la ciudad. He notado una tranquilidad espectacular en todos ellos, no como en otros sitios que he estado, incluyendo mi país, claro está. La única vez que había notado algo así fue en el templo hindú de Mandir, en Londres. Cuando me refiero a tranquilidad, me refiero a que invitan a quedarse, que no te hacen sentir mal ni claustrofóbico. Hasta estuve leyendo tranquilamente en una iglesia católica, eso sí, con todas las ventanas abiertas, palmeras en el exterior y cojines en el suelo para sentarse cómodamente a nivel de tierra. Mejor que mi explicación es probarlo.

Las calles son un caos de tráfico donde todo el mundo usa la bocina por norma general, pero reina una sintonía general. Se usa la bocina para hacer notar la presencia y evitar accidentes (igualmente hay) y es que nadie cumple las normas de tráfico, todo y que la policía hace lo que puede. No me costó mucho adaptarme, y es que pasé unos meses de entrenamiento en Nápoles. Estas calles me recuerdan a la ciudad del Vesubio, pero aquí hay mucho más tráfico y mucha más variedad de transportes (y vacas, claro está), pero la sintonía se nota.

También hay una gran variedad estamental social, supongo que debida al sistema de castas que reina aquí. Se puede ver en la calle, se ve doquier (y cómo me gusta esta palabra, probaré de usarla más). Gente durmiendo delante del hotel, delante de cualquier tienda y gente trajeada saliendo de alguna tienda de fotografía. Es impresionante cómo todos viven en armonía, o así lo parece, sus caras me lo indican. Pasé por barrios pobres, pasé por barrios ricos; conviviendo juntos.

Gracias a mi amigo A. conocí a mi nuevo amigo M., que me explicó un poco la vida diaria india. Me mostró dónde coger autobuses para salir de la ciudad y hasta me consiguió un teléfono móvil para quedar comunicado. Mañana nos veremos de nuevo para dar una vuelta por la ciudad y conocer a alguien que me quiere invitar a su boda; ¡vine aquí para una boda y me llevo dos! Una cristiana y la otra hindú. A ver si es verdad y os explico más ;)

Para los que preguntan mucho: las vacas no provocan atascos (no hay atascos, todo fluye si esperas), no me he comprado nada especial aún (que quedan muchos días y sitios aún), no me he hecho un punto rojo en la frente (pero deja pasar el tiempo y verás), el bigote ya lo llevaba antes de llegar y, por último, la gente no baila Bollywood en la calle (esto es Chennai, ya te contaré en Mumbai).

Se me hace un poco difícil explicar las cosas en el ciber, pero intentaré no defraudarme y seguir explicando historias como esta. Hoy mismo compré un adaptador CF>USB para poder publicar algunas fotos que he hecho, pero este ordenador no tiene USB :P Otro día será.

¡Saludos!